El 26 de Abril de 1937 la villa vasca
de Guernica fue objeto de un cruel bombardeo por parte de la aviación alemana,
que produjo numerosas víctimas inocentes y cuantiosos daños materiales. Alemania tomó la iniciativa de
bombardear Guernica por cuenta propia, sin pedir ningún permiso ni notificarlo
a Franco. Los aviones Junker alemanes de la Luftwaffe realizaron un
bombardeo-alfombra contra la desprotegida villa. La razón del ataque no podía
ser la existencia de depósitos de armas, ni cuarteles o tropas, ni objetivos
estratégicos ni que la villa fuese un nudo de comunicaciones. Guernica carecía
de cualquier importancia militar o estratégica.
La vergonzosa razón fue probar en fuego
real los nuevos aviones y su armamento ante el avecinamiento de la Segunda
Guerra Mundial. Para explicar lo inexplicable, Franco en una delirante
declaración echó la culpa del ataque a los republicanos que así habrían
conseguido una excusa, bombardeando una ciudad de su zona, para poder acusar a
los nacionalistas de Franco. Ni que decir tiene que este argumento no fue
tomado en consideración por nadie.
El horror que causó este episodio fue
muy alto en la opinión pública internacional, no sólo por el sacrificio absurdo
de inocentes, sino, sobre todo, por ser la primera vez en la historia en que se
atacaba desde el aire una ciudad. En poco tiempo, ciudades inglesas, alemanas y
japonesas serían borradas del mapa con ese método.
Este tipo de desastre masacraría a
millones de personas inocentes y dispararía la cifra de bajas hasta extremos
escandalosos.
Esta obra
fue pintada en mayo y junio de 1937. Fue realizado a petición del gobierno de
la Republica Española para poder ser expuesto en el pabellón español durante la
Exposición internacional de 1937 en
Paris.
LA REPRESENTACIÓN
Contemplando la obra de derecha a
izquierda puedes ver una mujer desesperada, gritando de dolor dentro de una
casa que se derrumba y arde. A su izquierda dos mujeres más, la de la parte
superior asoma por una ventana y porta en su mano una lámpara, la luz de la verdad,
que ilumina los estragos producidos por la barbarie. La de la parte inferior
sale de la casa arrastrándose en su agonía. En el centro de la composición se
encuentra el caballo, retorcido sobre sí mismo y mostrándonos una espuela; su
boca abierta y su lengua-lanza demuestran su excitación ante los
acontecimientos. Justo encima está el sol, empequeñecido, en forma oval y con
una bombilla en su centro como si el humo del bombardeo hubiese contraído el
astro rey y la única fuente de iluminación tuviese que ser artificial. Un poco
a la izquierda un pájaro agita las alas y clama al cielo desesperado como si
pidiese inútilmente una explicación para lo acontecido. Bajo las patas del
caballo yace el guerrero muerto, su mano todavía sujeta una espada rota.
En el extremo izquierdo, un toro
contempla la escena sorprendido y desconcertado y, a su lado una visión
terrible: una madre abrumada por el dolor lleva en sus brazos el cuerpecito de
su hijo muerto mientras mira al cielo rota por el dolor y la pena.
Picasso renuncia al color para acentuar
el dramatismo y sólo utiliza la gama de grises, el blanco y el negro, es lo que
en arte se denomina grisalla.
Es un cuadro “sonoro”, los personajes
gritan, gesticulan y mueren bajo las bombas ciegas que con todo acaban. La
denuncia de la violencia es aquí intemporal y ha sido siempre utilizada como un
canto contra la sinrazón de la destrucción y la muerte en cualquier guerra.
Picasso pinta a las cuatro mujeres en actitudes desesperadas, son la población
civil indefensa, pero también al militar caído en la defensa y a los animales,
ajenos a la locura humana.
Una característica que el autor utiliza
con frecuencia es la representación simultánea de varios planos en los rostros,
como si los viésemos a la vez de frente y de perfil, de ahí un ojo diferente
del otro, produciendo una visión globalizadora.
Técnicamente el Guernica tiene rasgos
cubistas (reduce las formas naturales a formas geométricas) pero también emplea
el expresionismo en los gestos extremos de los personajes y una gran pureza y
definición de líneas que nos recuerda el neoclasicismo.
EL SIGNIFICADO.
La visita de Picasso a España justo
antes de la guerra civil le supone una gran curiosidad por lo fiesta de los
toros. Todos sus elementos están en el cuadro: el toro símbolo de fuerza,
brutalidad y oscuridad, el caballo de la inocencia y la víctima indirecta de
todas las tragedias, el espacio acotado y la espada. Los símbolos taurinos
muestran aquí la esencia de España y su sufrimiento.
La luz de la lámpara ilumina la escena
central de forma triangular y no se sabe muy bien si estamos en una escena
interior o al aire libre, puesto que la indefinición espacial no nos da ninguna
clave al respecto. El cuadro es el más elaborado y pensado de Picasso, realizó
45 bocetos o estudios previos, que fotografió y amplió al objeto de componer el
conjunto de una manera coherente y expresiva.
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