jueves, 17 de mayo de 2012

Bibliografias


Guernica
Grandes batallas de la guerra civil
Biografías
Síntesis
El Mundo moderno y Contemporáneo de Gloria M. Delgado, Cuarta Edición, Editorial Pearson Education, 669-677 pags.  
http://es.wikipedia.org/wiki/Guernica_(cuadro)                                     
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domingo, 13 de mayo de 2012

La Guernica

El 26 de Abril de 1937 la villa vasca de Guernica fue objeto de un cruel bombardeo por parte de la aviación alemana, que produjo numerosas víctimas inocentes y cuantiosos daños materiales. Alemania tomó la iniciativa de bombardear Guernica por cuenta propia, sin pedir ningún permiso ni notificarlo a Franco. Los aviones Junker alemanes de la Luftwaffe realizaron un bombardeo-alfombra contra la desprotegida villa. La razón del ataque no podía ser la existencia de depósitos de armas, ni cuarteles o tropas, ni objetivos estratégicos ni que la villa fuese un nudo de comunicaciones. Guernica carecía de cualquier importancia militar o estratégica.
La vergonzosa razón fue probar en fuego real los nuevos aviones y su armamento ante el avecinamiento de la Segunda Guerra Mundial. Para explicar lo inexplicable, Franco en una delirante declaración echó la culpa del ataque a los republicanos que así habrían conseguido una excusa, bombardeando una ciudad de su zona, para poder acusar a los nacionalistas de Franco. Ni que decir tiene que este argumento no fue tomado en consideración por nadie.
El horror que causó este episodio fue muy alto en la opinión pública internacional, no sólo por el sacrificio absurdo de inocentes, sino, sobre todo, por ser la primera vez en la historia en que se atacaba desde el aire una ciudad. En poco tiempo, ciudades inglesas, alemanas y japonesas serían borradas del mapa con ese método.
Este tipo de desastre masacraría a millones de personas inocentes y dispararía la cifra de bajas hasta extremos escandalosos. 
Esta obra fue pintada en mayo y junio de 1937. Fue realizado a petición del gobierno de la Republica Española para poder ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición internacional de 1937 en Paris.



LA REPRESENTACIÓN 
Contemplando la obra de derecha a izquierda puedes ver una mujer desesperada, gritando de dolor dentro de una casa que se derrumba y arde. A su izquierda dos mujeres más, la de la parte superior asoma por una ventana y porta en su mano una lámpara, la luz de la verdad, que ilumina los estragos producidos por la barbarie. La de la parte inferior sale de la casa arrastrándose en su agonía. En el centro de la composición se encuentra el caballo, retorcido sobre sí mismo y mostrándonos una espuela; su boca abierta y su lengua-lanza demuestran su excitación ante los acontecimientos. Justo encima está el sol, empequeñecido, en forma oval y con una bombilla en su centro como si el humo del bombardeo hubiese contraído el astro rey y la única fuente de iluminación tuviese que ser artificial. Un poco a la izquierda un pájaro agita las alas y clama al cielo desesperado como si pidiese inútilmente una explicación para lo acontecido. Bajo las patas del caballo yace el guerrero muerto, su mano todavía sujeta una espada rota.
En el extremo izquierdo, un toro contempla la escena sorprendido y desconcertado y, a su lado una visión terrible: una madre abrumada por el dolor lleva en sus brazos el cuerpecito de su hijo muerto mientras mira al cielo rota por el dolor y la pena.
Picasso renuncia al color para acentuar el dramatismo y sólo utiliza la gama de grises, el blanco y el negro, es lo que en arte se denomina grisalla.
Es un cuadro “sonoro”, los personajes gritan, gesticulan y mueren bajo las bombas ciegas que con todo acaban. La denuncia de la violencia es aquí intemporal y ha sido siempre utilizada como un canto contra la sinrazón de la destrucción y la muerte en cualquier guerra. Picasso pinta a las cuatro mujeres en actitudes desesperadas, son la población civil indefensa, pero también al militar caído en la defensa y a los animales, ajenos a la locura humana.
Una característica que el autor utiliza con frecuencia es la representación simultánea de varios planos en los rostros, como si los viésemos a la vez de frente y de perfil, de ahí un ojo diferente del otro, produciendo una visión globalizadora.
Técnicamente el Guernica tiene rasgos cubistas (reduce las formas naturales a formas geométricas) pero también emplea el expresionismo en los gestos extremos de los personajes y una gran pureza y definición de líneas que nos recuerda el neoclasicismo.

EL SIGNIFICADO.
La visita de Picasso a España justo antes de la guerra civil le supone una gran curiosidad por lo fiesta de los toros. Todos sus elementos están en el cuadro: el toro símbolo de fuerza, brutalidad y oscuridad, el caballo de la inocencia y la víctima indirecta de todas las tragedias, el espacio acotado y la espada. Los símbolos taurinos muestran aquí la esencia de España y su sufrimiento.
La luz de la lámpara ilumina la escena central de forma triangular y no se sabe muy bien si estamos en una escena interior o al aire libre, puesto que la indefinición espacial no nos da ninguna clave al respecto. El cuadro es el más elaborado y pensado de Picasso, realizó 45 bocetos o estudios previos, que fotografió y amplió al objeto de componer el conjunto de una manera coherente y expresiva. 




Grandes batallas de la Guerra Civil Española


Batalla de Madrid.

Avance sobre Madrid. Iniciativa Nacional.

Finalidad: Conseguir la victoria por el efecto político de ocupar la capital.

Objetivo: Atacar Madrid con las columnas del Sur.

Plan: El único posible con tan escasas fuerzas: cubrir el flanco izquierdo en la frontera portuguesa y atacar por la zona menos guarnecida, afrontando el riesgo del obstáculo natural del Manzanares.

Características: Extraordinaria velocidad y esfuerzo de las columnas.

Duración: Del 4 de agosto al 8 de noviembre de 1936.

Resultados: Fracasa la finalidad principal. Queda una flecha clavada en el Sur de Madrid y una zona conquistada desde Sevilla a la capital.

Defensa de Madrid. Iniciativa republicana.

Finalidad: Frenar ante Madrid el avance de las columnas del Sur, con el lema “No pasarán”. 

Objetivo: Hacer entrar en acción fuerzas de choque frescas contra las atacantes fatigadas, para destruirlas y liberar la capital.

Características: Las Brigadas Internacionales entran en fuego. Primeros combates aéreos. 

Duración: Desde el 8 de noviembre de 1936 hasta el 6 de febrero de 1937. (El 23 de noviembre tiene lugar en Leganés una importante reunión presidida por el Generalísimo a la que acuden los generales Mola, Saliquet y Varela, con sus jefes de Estado Mayor. Allí se decide desistir del ataque frontal a Madrid).

Resultados: Conseguido el objetivo. Los nacionales “no pasaron” hasta el día de la Victoria.


Batalla del Jarama

Jarama. Iniciativa Nacional.

Finalidad: Aislar Madrid del resto de la zona roja, embolsando el Cuerpo de Ejército de Madrid y gran parte del Ejército del Centro, mediante una maniobra de doble envolvimiento, con una pinza desde Pinto hacia el Jarama y Alcalá y otra desde Sigüenza hacia Guadalajara-Alcalá.

Objetivo: Cortar las comunicaciones de Madrid con Valencia, alcanzar la confluencia del Henares y el Jarama y ocupar Alcalá.

Características: Batalla de desgaste de las tropas más selectas de ambos bandos, prácticamente niveladas en potencia. Inferioridad aérea nacional al comienzo, que evolucionó el 18 de febrero gracias a la hazaña de García Morato. Acción de la Caballería nacional en el paso del río. 

Duración: Del 6 al 17 de febrero de 1937.

Resultados: Fracaso de la finalidad estratégica por agotamiento de las fuerzas de uno y otro lado. Éxito táctico nacional al lograr una penetración de 15 a 20 km. a lo largo de un frente de unos 20 kilómetros, con lo que quedaba parcialmente cumplida la primera parte del plan, al interceptar varios tramos de la carretera Madrid-Valencia y de la secundaria de Puente de Arganda a Colmenar de Oreja, obligando al enemigo a dar grandes rodeos.

Contraofensiva del Jarama: Iniciativa republicana.

Finalidad: Reconstruir la ofensiva hasta Navalcarnero, que estaba a punto de desarrollarse cuando se produjo el ataque nacional.

Objetivo: Envolver a las columnas nacionales que amenazaban Madrid, aislando primero sus fuerzas para destruirlas después.

Características: La proximidad al frente de las unidades rojas de choque allí preparadas para iniciar su ofensiva produjo un endurecimiento de la lucha que llegó a ser cruentísima. Batalla de desgaste por ambos lados, con inicial superioridad aérea roja.

Duración: del 17 al 28 de febrero de 1937.

Resultados: Fracaso de la finalidad estratégica, igual que en el bando nacional.



Batalla de Guadalajara

Guadalajara. Iniciativa Nacional.

Finalidad: Completar la operación de cerco de Madrid con el envolvimiento por el ala Norte (Guadalajara) y el posible apoyo por el Sur (Jarama).

Objetivo: Alcanzar Guadalajara y Alcalá de Henares tratando de tomar contacto con las fuerzas del Jarama.

Plan: Una acción rápida, motorizada, combinada con otras normales en otros sectores. 

Características: Combate de extranjeros sobre España. La principal acción y la mayor densidad de fuerzas son de voluntarios italianos bisoños contra Brigadas Internacionales. Temporales de frío y nieve impiden la utilización de los aeródromos nacionales. Domina el aire la aviación roja. Abundantes vehículos, artillería y material aéreo. Impotencia de las fuerzas nacionales del Jarama para coordinar una acción de apoyo.

Duración: Del 8 al 13 de marzo de 1937.

Resultados: Un primer avance de 50 km. muy rápido y con perspectivas halagüeñas para un éxito fácil de la operación, se convierte en fracaso, pese a lo cual, la línea final queda muy avanzada dentro del campo rojo.

Contraofensiva de Guadalajara. Iniciativa republicana.

Finalidad: Explotar la detención del Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV) y convertir su repliegue en desastre. Los rojos quisieron presentarla como la gran batalla moderna.

Características: Embotellamiento de vehículos en carretera. El mal tiempo impide actuar a la aviación y medios motorizados. Entran en acción tropas de refresco.

Duración: Del 7 al 23 de marzo de 1937.

Resultados: Paralizar y desarticular el avance de las tropas motorizadas del CTV, produciendo un repliegue desordenado, con lo que la zona conquistada por los nacionales se limita a 20 kilómetros de profundidad en 40 km. de frente.


Batalla de Brunete

Brunete. Iniciativa republicana.

Finalidad: Salvar Santander, atrayendo a Brunete las fuerzas nacionales que operaban en la zona cantábrica.

Objetivo: Ocupar Navalcarnero para envolver por el Sur y por el Oeste a los sitiadores de Madrid y aniquilarlos.

Características: Plan excelente, pero ejecutado con poca decisión. Empleo continuado y profuso del arma aérea. La organización roja cuenta ya, antes que la nacional, con Cuerpos de Ejército. Modelo de batalla moderna en varios aspectos.

Duración: Del 6 al 25 de julio de 1937 (veinte días).

Resultados: Se consigue la finalidad perseguida, retrasando cinco semanas el ataque nacional a Santander. No se logra el objetivo, ya que la contraofensiva nacional desalojó al enemigo del territorio ocupado, excepto una zona de 20 kilómetros de ancho por cinco de profundidad, que quedaría en su poder hasta el fin de la guerra.


Batalla de Belchite.

Belchite. Iniciativa republicana.

Finalidad: Suspender la campaña nacional del Norte cuatro días antes de la caída de Santander.

Objetivo: Conquistar Zaragoza y Huesca con una acción en Zuera y otra en Belchite.

Características: Plan bien concebido, pero ejecutado sin audacia, paralizándose los ataques ante pequeñas resistencias a su retaguardia. Franco no distrae fuerzas del Norte y resuelve la batalla con las del propio frente aragonés.

Duración: Del 24 de agosto al 15 de septiembre de 1937 (veintitrés días).

Resultados: La acción de Zuera fracasa. La de Belchite se contiene a 20 kilómetros de Zaragoza. Los rojos ocupan una zona de 15 kilómetros de profundidad por 35 de frente durante seis meses (hasta el 9 de marzo de 1938).


Batalla de Teruel

Teruel y Alfambra. Iniciativa republicana.

Finalidad: Atraer a Teruel las fuerzas nacionales de maniobra desplegadas para una nueva ofensiva en Guadalajara, donde los rojos encontraban dificultades para enviar refuerzos.

Objetivo: Ocupar Teruel ofreciendo al mundo una prueba de su capacidad para conquistar una capital.

Plan: Estrangular el saliente que ofrecía el frente nacional en el sector de Teruel.
Características: Dureza de la lucha y del ambiente. Grandes masas de tropas y material. El 5 de febrero se inicia la contraofensiva nacional llamada “batalla de Alfambra”, en la que una división de Caballería desarrolla una acción básica en las riberas del río. Es la última acción importante de Caballería en una batalla. En Teruel se estrenan los carros rusos BT-5, antecesores muy semejantes del T-34 de la II Guerra Mundial, modelo excelente y con poca diferencia del T-54, que fue el mejor carro de aquellos tiempos, con propulsión especial de grandes ruedas y cadena, que no se detenía aún rota ésta.

Duración: Del 15 de diciembre de 1937 al 23 de febrero de 1938 (dos meses y nueve días).

Resultados: Los rojos consiguen su finalidad y su objetivo. Pero los nacionales, mediante su contraofensiva, no sólo recuperan Teruel el 22 de febrero de 1938, sino que conquistan una amplia zona de terreno enemigo.


Batalla del Ebro.

Ebro. Iniciativa republicana.

Finalidad: Contener el avance nacional en Levante, atrayendo al Ebro sus fuerzas de maniobra. Ganar tiempo para enlazar con la guerra mundial que se esperaba.

Objetivo: Envolver al Ejército nacional de Levante para dejarlo aislado.

Plan: Cruzar el Ebro e infiltrarse hasta la retaguardia enemiga.

Características: Excelente plan de gabinete con buen desarrollo inicial, pero falto de iniciativa en la realización, en la explotación del éxito y en la organización de los servicios. Como en Brunete, Belchite y Teruel, hubo temor al “vacío del campo de batalla”. Los rojos alimentaron continuamente la batalla con tropas de refresco.

Duración: Del 25 de julio al 16 de noviembre de 1938 (tres meses y veintidós días), en tres fases: 1ª. Avance rojo hasta el 7 de agosto; 2ª. Estabilización; 3ª. Contraofensiva nacional del 3 al 16 de noviembre.

Resultados: En la fase primera, profundizaron los rojos unos 25 kilómetros, entre Cherta y Mequinenza. La batalla se concreta en una zona de 600 km.² (35 de anchura por 17 de profundidad). Al final queda destruido el Ejército Rojo.


Batalla de Cataluña.

Cataluña. Iniciativa nacional

Finalidad: Eliminar el frente catalán venciendo aisladamente al Ejército que guarnece la zona.

Objetivo: Conquistar la ciudad de Barcelona y rescatar la industria de Cataluña.

Características: Una zona de ataque de 200 kilómetros de frente.

Duración: Del 23 de diciembre de 1938 al 10 de febrero de 1939 (50 días).

Resultados: La liberación de Cataluña y la desmoralización de la España roja donde cunde el deseo de pedir la paz.











miércoles, 9 de mayo de 2012

Francisco Franco



(Francisco Franco Bahamonde) Jefe del Estado español durante la dictadura de 1939-75 (El Ferrol, 1892 - Madrid, 1975). Nacido en una familia de clase media de tradición marinera, Francisco Franco eligió la carrera militar, terminando en 1910 sus estudios en la Academia de Infantería de Toledo.

Ascendió rápidamente por méritos de guerra, aprovechando la situación bélica de Marruecos, en donde permaneció destinado entre 1912 y 1926, con breves interrupciones: en 1923 era ya jefe de la Legión, y en 1926 se convirtió en el general más joven de Europa.

La brillante carrera de Francisco Franco continuó bajo distintos regímenes políticos: con la dictadura de Primo de Rivera llegó a dirigir la Academia General Militar de Zaragoza (1928); con la Segunda República participó en la represión de la Revolución de Asturias (1934), fue comandante en jefe del ejército español en Marruecos (1935) y jefe del Estado Mayor Central (1936). El gobierno del Frente Popular le alejó a la Comandancia de Canarias, puesto que ocupaba al estallar la guerra civil.

De ideas conservadoras, Franco valoraba sobre todo el orden y la autoridad. Desconfiaba del régimen parlamentario, del liberalismo y de la democracia, a los que creía causantes de la «decadencia» de España en el siglo xx; su postura era representativa del grupo de militares «africanistas» que veían en el ejército la quintaesencia del patriotismo y la garantía de la unidad nacional.

Por tales razones Franco se sumó, aunque a última hora, a la conspiración preparada por varios militares para sublevarse contra la República en julio de 1936 (el día 17 en la Península y el 18 en África, donde estaba Franco, razón por la que el régimen identificó más tarde esta última fecha -el Alzamiento- como su momento fundacional).

Fracasado el golpe de Estado, se abrió una guerra civil que duraría tres años y que llevaría a Franco al poder. Tras pasar el estrecho de Gibraltar al frente del ejército de África, Franco avanzó por la Península hacia el norte. El 1 de octubre de 1936, sus compañeros de armas, reunidos en una Junta de Defensa Nacional en Burgos, le eligieron jefe político y militar del bando sublevado.

Franco dirigió la guerra con criterios conservadores, muy alejados de la guerra rápida que propugnaban las doctrinas estratégicas modernas. La unidad impuesta en su bando contrastaba con los enfrentamientos que desangraban al bando leal a la República; la disciplina y la profesionalidad de sus fuerzas, con la politización y el voluntarismo de sus enemigos; si a esto se une la ayuda militar que le prestaron la Alemania nazi y la Italia fascista, puede explicarse la victoria que Franco consiguió en 1939 (1 de abril).

Terminada la guerra civil, Franco impuso en toda España un régimen de nuevo cuño, inicialmente alineado con los fascismos de Hitler y Mussolini, que eran sus aliados e inspiradores. A pesar de ello, no comprometió del todo a España en la Segunda Guerra Mundial (1939-45), pues, dada la debilidad en que se encontraba el país, no consiguió de Hitler las desmesuradas compensaciones que pretendía por su apoyo (entrevista de Hendaya); tan sólo envió tropas voluntarias a combatir junto a los alemanes contra la Unión Soviética (la División Azul). Terminada la guerra con la derrota de las fuerzas del Eje, aliadas de Franco, su régimen sufrió un cierto aislamiento diplomático, pero consiguió mantenerse, rentabilizando su anticomunismo radical en el contexto de la «guerra fría».

En lo político, Franco instauró desde el principio una dictadura personal de carácter autoritario, sin una ideología definida más allá de su carácter confesional (católico integrista), unitario y centralista (contra toda autonomía regional o reconocimiento de peculiaridades culturales), reaccionario y conservador (los partidos y los sindicatos de clase fueron prohibidos). Copió de sus modelos fascistas la idea de una jefatura carismática unipersonal (con el apelativo de Caudillo), de un partido único (el Movimiento Nacional) y de un vago corporativismo (sindicato vertical). La represión de la oposición fue feroz (con unos 60.000 ejecutados sólo entre 1939 y 1945, continuando las ejecuciones políticas hasta 1975).

En lo económico, optó por una política de autarquía que hundió a España en el estancamiento y el atraso, en contraste con la recuperación que vivía el resto de Europa; sin embargo, la necesidad de homologarse con los países occidentales y de reforzar la alianza con Estados Unidos le llevó a una progresiva liberalización económica a partir del Plan de Estabilización de 1959.

Los años sesenta -con los «planes de desarrollo» y la influencia política del Opus Dei- fueron de rápido crecimiento económico, industrialización, apertura y urbanización: las mejoras materiales facilitaron el mantenimiento de Franco en el poder, a pesar del creciente anacronismo de su régimen; pero también produjeron cambios sociales que hicieron inviable su continuidad una vez muerto el general.

Desde 1969 Francisco Franco había institucionalizado como sucesor al príncipe Juan Carlos, nieto del último rey de España (Alfonso XIII); tal previsión sucesoria se cumplió tras la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, pero no fue acompañada de una continuidad política, ya que, sin romper con la legalidad vigente, el nuevo rey promovió una transición pacífica a la democracia.

Alejandro Lerroux



(Alejandro Lerroux García) Político español (La Rambla, Córdoba, 1864 - Madrid, 1949). Militó desde joven en las filas del republicanismo radical, como seguidor de Ruiz Zorrilla. Practicó un estilo periodístico demagógico y agresivo en las diversas publicaciones que dirigió (El País, El Progreso, El Intransigente y El Radical). Su discurso populista y anticlerical, así como la intervención en diversas campañas contra los gobiernos de la Restauración, le hicieron muy popular en los medios obreros de Barcelona, que acabaron constituyendo la base de un electorado fiel.

Fue elegido diputado por primera vez en 1901; y de nuevo en 1903 y 1905, en las candidaturas de la Unión Republicana que había contribuido a formar junto con Nicolás Salmerón. La defección de éste hacia la coalición Solidaridad Catalana en 1906, llevó a Lerroux a separarse, formando el Partido Republicano Radical (1908) y encabezando la lucha contra el creciente nacionalismo catalán.

Hubo de exiliarse en varias ocasiones, primero para escapar a la condena dictada por uno de sus artículos (1907) y más tarde huyendo de la represión gubernamental por la Semana Trágica de Barcelona (1909). De vuelta a España, aceptó entrar en la Conjunción Republicano-Socialista, con la que volvió a ser elegido diputado en 1910. Desde entonces se vio envuelto en una serie de escándalos que le alejaron de su electorado barcelonés, entre acusaciones de corrupción (hasta el punto de que hubo de cambiar de distrito, presentándose por Córdoba en 1914).

Bajo la dictadura de Primo de Rivera (1923-30) su partido se vio debilitado por la escisión de los Radical-Socialistas de Marcelino Domingo (1929). No obstante, continuó en la política activa, participando en el comité revolucionario que preparó el derrocamiento de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República en 1931.

Bajo el régimen republicano desempeñó un papel político de primera fila. Formó parte de la coalición de izquierdas que sostuvo las reformas del gobierno Azaña durante el primer bienio (1931-33), en el que participó personalmente como ministro de Estado (1931). Pero fue derivando hacia posturas de derechas que le acercaron a la oposición, pasando en 1933-36 a formar parte de la mayoría conservadora que accedió al poder; fue tres veces presidente del gobierno entre 1933 y 1935 y ocupó carteras ministeriales tan destacadas como la de Guerra (1934) y la de Estado (1935).

Tras señalarse en la represión del intento de revolución obrera de 1934, quedó de nuevo desacreditado ante la opinión pública por el escándalo del estraperlo (un caso de corrupción ligado al negocio del juego), que acabó por romper su alianza con la derecha y deteriorar incluso su posición dentro del partido. En las elecciones de 1936 ni siquiera salió elegido diputado y, cuando aquel mismo año estalló la Guerra Civil (1936-39), prefirió ponerse a salvo en Portugal. Regresó a España en 1947.

(Francisco Franco Bahamonde) Jefe del Estado español durante la dictadura de 1939-75 (El Ferrol, 1892 - Madrid, 1975). Nacido en una familia de clase media de tradición marinera, Francisco Franco eligió la carrera militar, terminando en 1910 sus estudios en la Academia de Infantería de Toledo.

Ascendió rápidamente por méritos de guerra, aprovechando la situación bélica de Marruecos, en donde permaneció destinado entre 1912 y 1926, con breves interrupciones: en 1923 era ya jefe de la Legión, y en 1926 se convirtió en el general más joven de Europa.

La brillante carrera de Francisco Franco continuó bajo distintos regímenes políticos: con la dictadura de Primo de Rivera llegó a dirigir la Academia General Militar de Zaragoza (1928); con la Segunda República participó en la represión de la Revolución de Asturias (1934), fue comandante en jefe del ejército español en Marruecos (1935) y jefe del Estado Mayor Central (1936). El gobierno del Frente Popular le alejó a la Comandancia de Canarias, puesto que ocupaba al estallar la guerra civil.

De ideas conservadoras, Franco valoraba sobre todo el orden y la autoridad. Desconfiaba del régimen parlamentario, del liberalismo y de la democracia, a los que creía causantes de la «decadencia» de España en el siglo xx; su postura era representativa del grupo de militares «africanistas» que veían en el ejército la quintaesencia del patriotismo y la garantía de la unidad nacional.

Por tales razones Franco se sumó, aunque a última hora, a la conspiración preparada por varios militares para sublevarse contra la República en julio de 1936 (el día 17 en la Península y el 18 en África, donde estaba Franco, razón por la que el régimen identificó más tarde esta última fecha -el Alzamiento- como su momento fundacional).

Fracasado el golpe de Estado, se abrió una guerra civil que duraría tres años y que llevaría a Franco al poder. Tras pasar el estrecho de Gibraltar al frente del ejército de África, Franco avanzó por la Península hacia el norte. El 1 de octubre de 1936, sus compañeros de armas, reunidos en una Junta de Defensa Nacional en Burgos, le eligieron jefe político y militar del bando sublevado.

Franco dirigió la guerra con criterios conservadores, muy alejados de la guerra rápida que propugnaban las doctrinas estratégicas modernas. La unidad impuesta en su bando contrastaba con los enfrentamientos que desangraban al bando leal a la República; la disciplina y la profesionalidad de sus fuerzas, con la politización y el voluntarismo de sus enemigos; si a esto se une la ayuda militar que le prestaron la Alemania nazi y la Italia fascista, puede explicarse la victoria que Franco consiguió en 1939 (1 de abril).

Terminada la guerra civil, Franco impuso en toda España un régimen de nuevo cuño, inicialmente alineado con los fascismos de Hitler y Mussolini, que eran sus aliados e inspiradores. A pesar de ello, no comprometió del todo a España en la Segunda Guerra Mundial (1939-45), pues, dada la debilidad en que se encontraba el país, no consiguió de Hitler las desmesuradas compensaciones que pretendía por su apoyo (entrevista de Hendaya); tan sólo envió tropas voluntarias a combatir junto a los alemanes contra la Unión Soviética (la División Azul). Terminada la guerra con la derrota de las fuerzas del Eje, aliadas de Franco, su régimen sufrió un cierto aislamiento diplomático, pero consiguió mantenerse, rentabilizando su anticomunismo radical en el contexto de la «guerra fría».

En lo político, Franco instauró desde el principio una dictadura personal de carácter autoritario, sin una ideología definida más allá de su carácter confesional (católico integrista), unitario y centralista (contra toda autonomía regional o reconocimiento de peculiaridades culturales), reaccionario y conservador (los partidos y los sindicatos de clase fueron prohibidos). Copió de sus modelos fascistas la idea de una jefatura carismática unipersonal (con el apelativo de Caudillo), de un partido único (elMovimiento Nacional) y de un vago corporativismo (sindicato vertical). La represión de la oposición fue feroz (con unos 60.000 ejecutados sólo entre 1939 y 1945, continuando las ejecuciones políticas hasta 1975).

En lo económico, optó por una política de autarquía que hundió a España en el estancamiento y el atraso, en contraste con la recuperación que vivía el resto de Europa; sin embargo, la necesidad de homologarse con los países occidentales y de reforzar la alianza con Estados Unidos le llevó a una progresiva liberalización económica a partir del Plan de Estabilización de 1959.

Los años sesenta -con los «planes de desarrollo» y la influencia política del Opus Dei- fueron de rápido crecimiento económico, industrialización, apertura y urbanización: las mejoras materiales facilitaron el mantenimiento de Franco en el poder, a pesar del creciente anacronismo de su régimen; pero también produjeron cambios sociales que hicieron inviable su continuidad una vez muerto el general.

Desde 1969 Francisco Franco había institucionalizado como sucesor al príncipe Juan Carlos, nieto del último rey de España (Alfonso XIII); tal previsión sucesoria se cumplió tras la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, pero no fue acompañada de una continuidad política, ya que, sin romper con la legalidad vigente, el nuevo rey promovió una transición pacífica a la democracia.


Emilio Mola Vidal



Militar español instigador del golpe de Estado que dio lugar a la Guerra Civil española de 1936-39 (Placetas, Cuba, 1887 - Castil de Peones, Burgos, 1937). Ingresó en el ejército por tradición familiar en 1904. La mayor parte de su carrera la hizo en Marruecos, en donde fue herido varias veces y ascendió por méritos de guerra hasta el grado de general (1927).

El gobierno del general Berenguer le nombró director general de Seguridad (1930-31), puesto desde el cual organizó una dura represión contra los movimientos estudiantiles y republicanos. No obstante, los republicanos no tomaron represalias contra él tras tomar el poder y proclamar la Segunda República en 1931. En 1932 fue separado del ejército como sospechoso de connivencia con el fallido golpe de Estado del general Sanjurjo; pero un posterior gobierno de la derecha (con Lerroux y Gil Robles) le amnistió (1934) y le nombró jefe de la Alta Comisaría de Marruecos (1935).

A raíz del triunfo electoral del Frente Popular en febrero de 1936, empezó a conspirar con los militares más reaccionarios y dispuestos a dar un golpe contra el régimen democrático, como Franco, Varela, Goded, Kindelán, Sanjurjo, etc. Desde Pamplona, adonde había sido destinado por el nuevo gobierno, trazó el plan para el golpe de Estado y dirigió su ejecución en julio de 1936; pero el golpe fracasó ante la resistencia de las organizaciones republicanas en buena parte del territorio.

Los sublevados decidieron continuar con su ataque contra la República, iniciándose una larga guerra civil, en la que Mola asumió el mando del ejército del Norte; pero murió en un accidente de aviación, permitiendo que fuera Franco el que se hiciera con la jefatura del bando rebelde.